martes, febrero 20, 2007
engrendó un rostro vacío
Guardamos cositas pequeñas
dentro de baúles viejos,
como promontorios ideales:
son secuaces de pretensiones baldías
de todas aquellas argucias
que un día afortunado embalsamaron
el sol de invierno y las presencias extrañas
Yo, atesoro con mimo sus soledades
con pasión y cuidado de bibliotecario
y colecciono sin rituales sus descuidos
Las necedades también,
las necedades de los patriotas sin bandera,
los absurdos virulentos de los creyentes sin fe
de igual manera que la esperanzas moribundas
mis pequeñas hijas muertas los días de nostalgia
No fueron tantas veces cuando pude decir
(decir, gritar, clamar, sentenciar, desesperar):
¡Yo fui feliz! ¡Yo soy feliz!
Lástima de los amaneceres, cuando pude y no hice
cuando también sentí y no quise
Lástima también de los hombres terrenos
que no supieron faltar más a la verdad
que cuando fueron felices y no lo supieron
Quedaron las brisas marítimas de olor a sal
como nunca eternas señales de las mareas
adioses pequeñitos quizás
tal vez recuerdos imposibles para tierra adentro
(no te preocupes, amigo, no te preocupes)
de las muchas otras vidas que tuvieron
No espero ya que comprendáis
pequeñas cosas mías,
porque abalorios funestos os regalo,
ni siquiera ya os considero
garantes de alguna certeza,
valedores fieros de la duda repetida;
solo necesito un rayito de sol para vivir
aderezado por alguna caricia vuestra
algún picante que me permita dormir
o solo alguna promesa pasajera que acune mi sonrisa
dentro de baúles viejos,
como promontorios ideales:
son secuaces de pretensiones baldías
de todas aquellas argucias
que un día afortunado embalsamaron
el sol de invierno y las presencias extrañas
Yo, atesoro con mimo sus soledades
con pasión y cuidado de bibliotecario
y colecciono sin rituales sus descuidos
Las necedades también,
las necedades de los patriotas sin bandera,
los absurdos virulentos de los creyentes sin fe
de igual manera que la esperanzas moribundas
mis pequeñas hijas muertas los días de nostalgia
No fueron tantas veces cuando pude decir
(decir, gritar, clamar, sentenciar, desesperar):
¡Yo fui feliz! ¡Yo soy feliz!
Lástima de los amaneceres, cuando pude y no hice
cuando también sentí y no quise
Lástima también de los hombres terrenos
que no supieron faltar más a la verdad
que cuando fueron felices y no lo supieron
Quedaron las brisas marítimas de olor a sal
como nunca eternas señales de las mareas
adioses pequeñitos quizás
tal vez recuerdos imposibles para tierra adentro
(no te preocupes, amigo, no te preocupes)
de las muchas otras vidas que tuvieron
No espero ya que comprendáis
pequeñas cosas mías,
porque abalorios funestos os regalo,
ni siquiera ya os considero
garantes de alguna certeza,
valedores fieros de la duda repetida;
solo necesito un rayito de sol para vivir
aderezado por alguna caricia vuestra
algún picante que me permita dormir
o solo alguna promesa pasajera que acune mi sonrisa
cortado
Artífices de funestos logros
que son, quizás, los requerimientos
certezas aprehendidas del vacío
o más bien: recursos de supervivencia sutil
Las noches son largas
como lo son todas las noches
como lo fueron desde que se alecciono el sueño
y se contento a sus vástagos con la renuncia
No es culpa mía y no lo es
la responsabilidad de una gota de lluvia en la tormenta
individual, pero producto de la división de una constante
e igualmente argumento falaz de una excusa
“Guardó la noche sus silencios
como quien callo sus mentiras;
en lo profundo llanas y claras
y en la superficie angostas y bruscas,
como la rotura que algo vaticina”
que son, quizás, los requerimientos
certezas aprehendidas del vacío
o más bien: recursos de supervivencia sutil
Las noches son largas
como lo son todas las noches
como lo fueron desde que se alecciono el sueño
y se contento a sus vástagos con la renuncia
No es culpa mía y no lo es
la responsabilidad de una gota de lluvia en la tormenta
individual, pero producto de la división de una constante
e igualmente argumento falaz de una excusa
“Guardó la noche sus silencios
como quien callo sus mentiras;
en lo profundo llanas y claras
y en la superficie angostas y bruscas,
como la rotura que algo vaticina”