lunes, octubre 10, 2005

visceras

Entrañas pestilentes y hermosas
de verde musgo y ocre cerámica,
Y pústulas como gemas preciosas
en los cenagales y las marismas

Paisajes demasiado dulces, poca cosa
no tanto como cagarme en su dicha
¡Que asquerosidad tan plena y sorda!
Yo, a traicionarlo, recompensa de injusticia

Mordaz por soez, sucio por cierto
Escupideras brillantes de gastada saliva
Abierto como un prostíbulo el vertedero,
¡hay que darle de comer de costras divinas!

Entre las piernas abiertas el sumidero
donde meteré mis nombres, la palabrería
Las muelas, los mocos, junto con los huesos
con las insignificancias y mis vivas mentiras

Promesas como sapos llagados que escapan
al trote con sus patas peludas y torcidas
Salen del interior del desagüe, ¡a la carga!
¿Cuál es la única frontera?, puede ser la ultima

Pero no me jodas, todavía me queda desgana
aun quiero hacer unos versos, idea mezquina
¿Qué otra forma de hacer huir a esa nada?
Todo aglutina, sobado de su candencia de agonía

Por los cementerios y las calles embaldosadas,
no siempre lo mismo pero todo igual, una letanía
Yo, con los brazos al vientre sujeto mis entrañas
las insulto y maldigo, mas procuro por ellas, son las mías

… aunque tal vez todo sea por eso,
Y alguien me dice una frase enlatada:
la indiferencia es las más objetiva,
la indiferencia más odiada y deseada…