lunes, marzo 13, 2006

al paso vacilante de mi voz hueca

Al paso vacilante de mi voz hueca
susurra hoy este día olvidado:
¡que destino tan complicado!
es desgastar esta vida tan muerta

Murmuro hecho de espanto lánguido
repta por las paredes de su estela
tan tranquilo y postergado
como el sonido de rumor de una vela,
tan acabado, tan acabado,
al calor de una llama supuestamente eterna

Mas no es cosa mala, un pequeño fallo
que dentro de esta existencia nuestra
algo cante, con voz sorda y queda,
que la eternidad tan cierta este tan cerca
a un paso en falso para ella tan nefasto
(y que no sea cierto)

Por todo esto mi mano a la entrepierna
agarra mis cojones del pescuezo con descaro
y como trofeo sudado en una jugada fea
grita a todas gentes y objetos bastos:
no quiero, no quiero, no quiero
mas que mi carne sea tierra,
huesos y tendones reducidos al polvo
y quedarme a vivir en esta parcela
(la escarcha rompe los cristales, los sueños rotos)
donde mi tumba se desparrame fértil en el suelo

(en el frágil friso del destino de los hombres solos)


Sigue hasta mañana, hasta el día de mañana
si no: ha muerto la esperanza
Solo por eso, hasta el día de mañana,
ya que hoy no has muerto,
todavía te queda la calma
que detrás de hoy queda otro día
el día de mañana… (solo esto)