miércoles, diciembre 13, 2006

echarte de menos

Me prevengo de tus encantos, tiemblo en calma
cuando, temeroso, deshago el camino hacia tu lecho
donde he convertido tus sábanas en mi patria,
patria que me hace extranjero si no estas a mi lado

Recorro las calles llenas de gente vacías
y veo esculturas en el aire hechas por tus manos
manos aladas de venas latientes,
manos de cristal que lejanas tocaron mi cuerpo

El día se torna en noche lechosa y despoblada
lapso cruel del todo prescindible, mi destierro
porque, me parece, desde hace muchísimo tiempo
hicimos con tan solo un susurro todas las noches nuestras

Te echo de menos, incluso cuando estoy contigo
y te olvido cuando en ti pienso, y te odio un poco
solo un poco cuando te recuerdo si te escribo,
cuando anhelante te imagino y me dueles dentro

Mi sangre de vino te obedece, pendiente y en vilo
atiende a un solo pestañeo tuyo de mariposas nocturnas
que circundan el oscuro fondo de mis ojos velados
cuando, pequeño, pierdo la vista en lo alto de mi techo

Fabrico afanoso mi destino a la fuerza de tus deseos
por tanto que he perdido el instante que te he ganado,
por estar tu nombre grabado con la palabra melancolía
en la noche desesperada en que te pienso e imagino

Y siento, viéndote en mis ebrios pensamientos
borrachos de un aire cargado de tu olor,
que yo, piel, huesos y entrañas
no podré hacer ya otra cosa
sin descanso, que echarte de menos

lunes, diciembre 11, 2006

por la mañana

Ahora, en este instante, caen gotas de una alcachofa de ducha en un cuarto de baño de un piso en un barrio en una cuidad. Común, normal. Por la mañana de domingo las personas se levantan lánguidas gracias a la ociosidad del día, y nadan, yacen, en el líquido amniótico de las sábanas, los edredones y las mantas. Después, ya tarde, algunas se duchan. En el cuarto de baño de un piso de un barrio de una cuidad. Que normal, que ordinario, que común, pero a veces no lo es tanto.

Unas gotas de agua se desprenden de la ducha, y caen pesadas y brillantes sobre la piel de ella, y escucho como las que no la tocaron se estrellan contra la loza del baño, y gritan y lloran por no haber tenido la fortuna de encontrar camino deslizándose por sus hombros, sus senos, su boca, su cadera…

…caminos que mis besos y caricias recorrieron y saben de sus placeres


Yo, ahora, estoy aquí sentado y la escucho moverse en la habitación, evadido de la condena que supone su mirada y su sonrisa, capturo un momento la bella sensación de saberme prisionero de esta noche en que conocí su tacto y la ternura de sus murmullos

domingo, diciembre 10, 2006

viernes, diciembre 01, 2006

fantasmas en el espejo

En los reflejos que rebotan y son mi cara
veo el rostro distorsionado de quien no veo
como un espectro, blanco vigilante y mudo
que espera como llevar a cabo una venganza

Yo, a veces borracho, distendido y solo
le veo clavándome la mirada afilada
planeando detalladamente la estrategia

Tal vez él, figura de metal viejo y pesado
grotesco imitador de los gestos que son míos
nació un día del vacío en la pupila de mis ojos
e incapaz de dar un paso solo observa y mira

Yo acobardado de mi rostro granítico y simulado
mi cara que en conciencia propia no reconozco
me doy de bruces con él mojado en alcohol
momento gris, cuando perdí mis pasos en el alboroto

Un día me pare y con mirada igual de fija pregunte:
¿no serás acaso tu, quien en el ultimo minuto de mi vida
en el instante justo del ultimo aliento consiga el éxito
me arroje cruelmente ocupando en el lecho mi sitio
y cause pavor entre mi gente?:

¿Quién es ese Bérmano tan gris y quieto?
Ese Bérmano es Bérmano muerto

cielo

tiempo

En el sopor de la conciencia de mi mismo
dando tumbos contra el aire que me rodea
vi escapar en muchas ocasiones la alegría
desprendida por goterones pesados de lluvia

En el orden de cosas en el que establezco el caos
tan gustoso recogido en él, me enfrento,
ignorando el acoso y derribo al que me someto
a la agridulce duda de no saber lo que quiero

No es difícil, quizás, no comprender nada
para que dúctil como el vino que colorea las mejillas
yo no pueda saber la manera, la artimaña
la fórmula de no ser nunca quien espero

¡Que le den al tiempo! que repique lejano el exabrupto
que si ya fueron muchas cosas las que olvide
cuan tamaña fechoría seria malgastar la vida
esperando a que la vida se ponga de acuerdo