viernes, agosto 12, 2005

olor de tierra y polvo

Mil cuadros solo fueron un recuerdo
y miran mis ojos llanuras infinitas
de brisas que se escapan del cielo
de esencias como tierra de castilla

Líneas oscuras surcan canales secos
nubes difusas huelen a melancolías
tristes canciones entonadas por el viento
rastrojos amarillos huyen de la lejanía

Espejos de charcos de barro espeso
trigales despuntados ven pasar el día
y en llanuras de caminos de paso
la capitulación crece de ella misma

Tallos inclinados se doblan doliendo
la mirada es una renqueante brizna
surcos de ruedas curvadas a fuego
de carros viejos de montura hundida

Arrugas hondas de ojos polvorientos
de bolsillos colmados de penurias
y pantalones de pana y remiendos
de paso lento por cunetas heridas

Rabos cortados de perros callejeros
que nada saben de imágenes divinas
en vestimenta de los grisáceos pelos
de trote alegre siempre a la deriva

Livianos fardos cargados de sueños
en tierra marrón de suaves colinas
atisbando los horizontes desiertos
de brisas y alpargatas hechas en arcilla