sábado, marzo 18, 2006

veintiún inviernos

Reproduzco la mentira latiente, al sur surcada de mares lejanos
centelleantes en la distancia del viento, susurrantes al final del cuento
persistentes y jadeantes, cansadas y anhelantes del mundo entero

Afuera, brillan tintineantes las estrellas en el lienzo negro
asemejan el velo, el telón cosido a agujeros
a propósito de un sudario para el tiempo…

Cien años atrás todavía era ayer, en sus restos
de un camino recto, siempre hacia su destino
pero no llegara nunca en su empeño, lo impide
ser la unión de una evocación y un recuerdo

No tengo sueño, todavía no tengo sueño
idiotas mellas en los rastrojos de un invierno
largo, largo, así dispuesto por mi, te juro
doy mi vida solo por un momento, nada mas
y para nada nunca jamás un instante de menos

Los sonidos distantes de la vida de otras gentes
reverberan en mis cristales flojos de la ventana
misteriosos y conocidos como el color del cielo
pero tan ajenos a la vez como mi nombre,
o como describir el azul del horizonte

Veintiún años así, buscando otro cuerpo
buscando otra voz, otro nombre para mi
todo para que todo no sea tan extraño,
o tan lejano, o tan cercano, o tan cierto